Cinco generaciones dedicadas a este oficio

Desde Cenicero, en pleno corazón de La Rioja.

En 1870, Santiago Gangutia estableció la primera tonelería de la región, sentando así las bases de nuestra historia y tradición.

Nuestra determinación de servir a nuestros clientes de manera más competitiva nos impulsó a trasladarnos a nuevas instalaciones hace unos años. Fue una evolución, manteniendo nuestros valores fundamentales intactos.

En esta nueva fase, bajo el liderazgo de Fernando Gangutia, fusionamos la excelencia del pasado con métodos de producción innovadores. Nuestros certificados de Calidad, Cadena de Custodia, Seguridad Alimentaria, y nuestro compromiso con la Investigación y Desarrollo, respaldan un historial exitoso y un futuro prometedor.

Roble

Todo comienza en el corazón del bosque. Nuestro equipo especializado selecciona minuciosamente los mejores granos de roble americano, francés y centroeuropeo, incluyendo variedades como Jupilles, Tronçais, Vosgues, Missouri y Ohio. Reconocemos que solo con materias primas de la más alta calidad se puede lograr un producto excepcional.

El proceso de secado subsecuente es esencial para perfeccionar la madera. Lo realizamos de manera natural, sin apuros. Durante más de dos años, permitimos que el sol y el agua trabajen en armonía para eliminar los taninos más astringentes de la madera, transformando gradualmente su perfil fenólico

Elaboración

Las barricas no solo mejoran las cualidades organolépticas del vino, sino que también le otorgan un valor añadido distintivo. En Tonelería Gangutía, contamos con las herramientas y la experiencia necesaria para crear barricas a medida que respetan la singularidad de cada variedad de uva y región vinícola. Reconociendo que cada vino requiere un tipo específico de barrica, dedicamos todo nuestro savoir-faire para satisfacer esas demandas individuales.

El fuego

El proceso de tostado juega un papel crucial en la formación de la madera, afectando directamente a su composición final. Nuestros toneleros dominan el arte del tostado, controlando cuidadosamente tanto los tiempos como la intensidad de la llama para generar una amplia gama de matices. Desde la delicadeza necesaria para realzar los aromas del vino hasta la robustez requerida por los licores, cada detalle es meticulosamente ajustado. A medida que los compuestos del roble se descomponen durante este proceso, surgen aromas y sabores complejos, desde la dulzura de la vainilla hasta las notas tostadas y especiadas. Nuestro profundo conocimiento de esta técnica nos permite seleccionar el perfil aromático perfecto para cada creación.